viernes, 22 de julio de 2016

Porsche 718 Cayman

Porsche 718 Cayman

El proceso de turboalimentación de la gama Porsche prosigue con el nuevo 718 Cayman, que recibe las mismas mecánicas que el recientemente presentado 718 Boxster. Lo hemos probado tanto en carretera como en circuito para valorar qué tal le ha sentado este cambio de ´carácter´.

Fotos de la prueba del Porsche 718 Cayman

¿Cuáles son los cambios en el renovado Porsche Cayman?

El Porsche 718 Cayman es al Cayman lo que el 718 Boxster es al Boxster. Es decir, se trata de un restyling que modifica el nombre del pequeño Porsche y en el que hay leves cambios estéticos y funcionales, pero donde existe una importante variación mecánica: el reemplazo de las mecánicas atmosféricas de seis cilindros por las más eficientes de cuatro cilindros y turbo.
En el nuevo 718 Cayman se aprecian cambios en los paragolpes, faros y pilotos, así como nuevas llantas y colores para la carrocería. Por dentro, lo más relevante es el nuevo sistema multimedia PCM, mucho más intuitivo y eficiente que el antiguo. También cambia el volante, inspirado en el del 918 Spyder. En su parte inferior derecha alberga un selector rotatorio para activar los diferentes modos de conducción: Normal, Sport, Sport+ e Individual, este último para modificar cada parámetro a gusto del conductor. Pero lo verdaderamente está tras los asientos, donde el vano motor da cabida a un propulsor 2.0 turbo de 300 CV para el Cayman, o bien un 2.5 turbo de 350 CV para el Cayman S. Son claramente más rápidos que sus predecesores de seis cilindros, pues el primero acelera de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos (0,6 seg. menos que el antiguo bloque 2.7 de 275 CV) y el segundo lo logra en 4,6 segundos (0,4 seg. menos que el antiguo 3.4 de 325 CV). Lo que no cambia es la transmisión, que puede elegirse manual de seis velocidades o automática PDK de siete marchas.

En marcha, lo primero que llama la atención es el sonido del motor. Resulta menos refinado y más desacompasado que en los antiguos propulsores, pero el escape deportivo opcional soluciona en parte esa papeleta. Tanto en el 2.0 como en el 2.5, la respuesta en bajas revoluciones es un poco más pobre que antes, pero mucho mejor a medio régimen y hasta 7.000 rpm. Los nuevos motores corren más y, además, permiten obtener mejores consumos: en ciclo combinado y uso cotidiano, unos 7,8 l/100 km el 718 Cayman y unos 8 l/100 km el 718 Cayman S. Además, disponen de un novedoso sistema en el turbocompresor que permite eliminar el retraso en la respuesta del acelerador. Al levantar el pie derecho del pedal, corta la inyección de gasolina pero mantiene la mariposa de admisión abierta para conservar la sobrepresión del turbo. De esa forma, al volver a recurrir al pedal del acelerador, la respuesta es casi tan instantánea como en un atmosférico.

En carretera abierta, el 718 Cayman fluye con maestría gracias a su equilibrado chasis con motor central. Cambia de dirección con una notable rapidez y la dirección, aunque no es plenamente informativa, resulta un 10% más directa que antes. En circuito, el coche resulta muy competente y disfruta de un nuevo modo deportivo en el control de estabilidad, que permite niveles de deslizamiento notables pero siempre controlados. La suspensión adaptativa opcional, por su parte, también ha sido recalibrada y ahora resulta un poco más dura en cualquiera de los modos (normal o deportivo).
Aunque es innegable que los nuevos motores de cuatro cilindros acarrean un sonido un poco menos atractivo, los 718 Cayman y Cayman S son mejores que sus predecesores en el resto de apartados. Ya está a la venta desde 58.148 euros (718 Cayman) y 72.040 euros (Cayman S).

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