jueves, 5 de noviembre de 2015

FORD MUSTANG CABRIO: AL VOLANTE DEL ICONO AMERICANO

La versión descapotable del Ford Mustang ofrece cuatro plazas, potencia respetable, una configuración mecánica exclusiva y una capota de lona...a precio de derribo. ¿Te subes con nosotros?


Cuando te preguntan por un descapotable como el BMW 435i Cabrio –con cuatro plazas, 4,5 metros 'largos' de longitud y un motor de 306 CV–, y te dicen que cuesta 64.200 euros, tu primer pensamiento suele ser un sincero 'pues, si cuesta más de 60.000 euros... espero que, por su bien, vaya increíblemente bien". Y lo cierto es que va bastante bien. Sin embargo, cuando te preguntan por un descapotable de cuatro plazas, 4,78 metros de largo, un equipamiento de serie generoso, 317 CV, tracción trasera con diferencial autoblocante y unos más que decentes frenos Brembo, y te dicen que cuesta 41.100 euros, piensas... "construir un coche con esas características, y dotarlo de un comportamiento lo suficientemente malo como para que resulte caro... debe de ser bastante difícil". Y esa podría ser la historia del Ford Mustang descapotable... salvo por el pequeño detalle de que no recuerdo el último modelo de Ford que iba mal.
De forma que está claro: la gran baza del Mustang es ofrecer una configuración mecánica exclusiva –que redunda en prestaciones elevadas y sensaciones de conducción parecidas a las de un modelo alemán premium de tracción trasera– a un precio popular. O, dicho de otro modo, a la hora de comprar un Ford Mustang –y tal y como rezaba el eslogan de la campaña publicitaria de cierta cadena de mecánica rápida–... "vienes por el precio".

Prueba a fondo del Ford Mustang Cabrio
TÉCNICA: BAJO CONTROL

Prueba a fondo del Ford Mustang Cabrio
Conducir de costado es tan fácil como lo es estrellarse tratando de aprender. Por suerte, el Mustang ofrece un control de estabilidad muy 'tuneable', ideal para soltarse poco a poco. Dispone de cuatro modos de control de estabilidad y tres grados de asistencia a la dirección. Y sobre todo, permite  desconectar el control de tracción sin apagar el de estabilidad, ofreciéndo la posibilidad de controlar la cruzada –o mejor dicho, la guiñada– con el acelerador –haciendo patinar las ruedas traseras–, con el ESP está preparado para estabilizarte frenando una de las delanteras si sueltas el acelerador. 
Y en el caso de la versión descapotable del Mustang, el eslogan se sigue verificando... aunque con matices.Y con matices me refiero a que, probablemente, el tipo de cliente de un Mustang Fastback –así se denomina comercialmente el coupé– y el de un Mustang descapotable sea marcadamente distinto: mientras que el primero estará interesado en la capacidad de su coche para ser conducido deprisa y en la clase de sensaciones que transmite al hacerlo, al segundo le preocupará más bien su habilidad para viajar rápido de forma confortable y –qué duda cabe– la clase de imagen que el coche proyectará de su dueño. Tener esto presente ayuda a comprender por qué, a la presentación europea del Mustang, Ford sólo llevó unidades descapotables dotadas del propulsor 2.3 EcoBoost: es la elección más razonable.
Por fuera, el Mustang descapotable logra disimular sus generosas dimensiones casi igual de bien que su hermano Fastback. Por otra parte, y aunque se trata de algo perfectamente opinable, diría que en el contexto del tráfico de una autobahn alemana, su diseño parece algo más forzado y caricaturesco que cuando lo condujimos en los Estados Unidos...lo cual no tiene por qué ser una cualidad negativa. En cualquier caso, es lo suficientemente atractivo como para hacer que olvides el mantra del coche y, al pasar al interior, experimentes un leve shock derivado de unos asientos genuinamente americanos –banqueta demasiado alta, formas poco marcadas, que anticipan una sujeción lateral no muy férrea– que son la antítesis de los Recaro que ofrece opcionalmente el Fastback –y que lamentablemente no están disponibles para el descapotable–... o de unas puertas rematadas con unos paneles de plástico duro con un aspecto excesivamente 'cutre'. Entonces, coges aire, te calmas, y recuerdas: vienes por el precio.

Prueba a fondo del Ford Mustang Cabrio
Pulsas el precioso botón de arranque, y el 2.3 EcoBoost cobra vida de una forma bastante poco inspiradora. Con 317 CV de potencia a 5.500 rpm, inyección directa y turbo twin scroll, es inevitable establecer un paralelismo con el 2.0 TFSI del Grupo Volkswagen y, más concretamente, con la versión de 300 CV que impulsa al Volkswagen Golf R. De forma que insertas una marcha corta, aceleras a fondo y esperas a que se desate un infierno relativamente parecido al que padeces cada vez que haces eso en el Golf. Pero el Mustang no ofrece una aceleración tan meteórica. No me malinterpretéis: cualquier coche de 317 CV es muy rápido, pero los 1.715 kilos del Mustang –232 kg más que el Golf– anestesian bastante al EcoBoost más potente hasta la fecha. Y... ¿ves? Ya he vuelto a olvidar el mantra. Vienes por el precio. Además, si se trata de viajar rápido, este Mustang cumple con nota: alcanza bastante rápido la velocidad máxima –234 km/h– y la mantiene sin esfuerzo, ofreciendo un rodar perfectamente estable y razonablemente silencioso, comparable al de cualquier rival alemán.
En un cabrio, la aerodinámica es un aspecto muy relevante. Pero por desgracia, el bonito diseño del Mustang no parece llevarse bien con el viento, y las turbulencias hacen de las suyas tanto con techo como sin él. Circular descapotado se vuelve incómodo en cuanto superas lo que en España tenemos por velocidades legales... si bien, al menos, el nivel de ruido siempre es muy bajo. Y, rodando con el techo cerrado, no se escuchan ruidos aerodinámicos molestos –algo bastante difícil de conseguir con un techo de lona–, aunque por encima de 180 km/h la chapa de aluminio del capó comienza a exhibir una oscilación rítmica de unos milímetros de amplitud que parece el resultado de alguna clase de turbulencia cíclica. Nada importante, aunque muchos colegas lo han encontrado desagradable; en cualquier caso, Ford asegura que están tratando de resolverlo con alguna clase de modificación de última hora –tiene pinta de la típica cosa que se arregla con una pestañita aquí o allá–.

Prueba a fondo del Ford Mustang Cabrio

 Ford Mustang Cabrio 2.3 EcoBoost
Precio: 41.000 euros
Motor: 2.3, 4 cilindros en línea; 317 CV a 5.500 rpm; 432 Nm a 3.000 rpm.
Cambio: Manual, 6 vel.
Tracción: Trasera, con autoblocante.
Prestaciones: 0 a 100 km/h en 5,8 seg.;vel. máx.: 234 km/h.
Consumo: 8,2 l/100 km.
Maletero: 332 l.
Peso (UE*): 1.715 kg.   
LO MEJOR Y LO PEOR
+ Precio, tracción trasera con autoblocante, frenos.
– Algunos detalles de acabado interior, sonido del motor. 

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